El casco de la Hacienda San Antonio del Palote, puede ser observado cuando el nivel del agua baja en la presa del Palote, dentro de las instalaciones del Parque Metropolitano de León.
La extinta Secretaría de Recursos Hidráulicos construyó la presa El Palote tal y como la conocemos ahora entre los años 1953 y 1954 para lo cual contrató a la compañía La Victoria y Asociados S.A. e inició operaciones en 1955.
Su objetivo principal fue el de contar con una infraestructura que permitiera proteger a la ciudad de inundaciones mediante el control de avenidas. Posteriormente, también permitió aprovechar el agua para el consumo humano y la adecuación de un parque Metropolitano.
Sin embargo, la historia de la presa del Palote se remonta al año de 1644, cuando el capitán Alonso Aguilar de Ventosillo descubre dos ojos de agua al norte de la Villa de León. El capitán pidió permiso para explotarlos y así abastecer su casa y tierra de agua.
En el Archivo Histórico Municipal de León, se indica que el primer dueño de la hacienda (documentado) fue Manuel de Aranda Saavedra y después su esposa, que en 1704 la vendió.
Durante los próximos años, la hacienda fue cambiando de propietarios y expandiéndose, pues el propósito de la presa era regar dos caballerías y proteger los campos de su alrededor.
El 23 de junio de 1926, gran parte de la población dormía tranquilamente cuando fue sacada de la cama al escuchar gritos callejeros y los silbatos de los policías que alertaban sobre el peligro ya que El Río de Los Gómez se estaba desbordando. Apenas despuntaba el alba cuando el arroyo de El Muerto también comenzó a derramarse sobre el pueblo de El Coecillo, derrumbando las frágiles casas de adobe y matando a sus ocupantes. Por si fuera poco, a las nueve de la mañana sobrevino una segunda creciente, más violenta que la primera, causada por la destrucción de la cortina de la presa de la Hacienda de Arriba.
Las fuertes lluvias que arrasaron con León, hicieron que la Presa de San Antonio del Palote se desbordara, por lo que el gobierno construyó una presa más grande, mientras que la hacienda fue expropiada a don Jesús Ramírez.
Las personas que vivían en la hacienda, fueron recolocadas en otro lugar, construyéndoseles dos habitaciones por familia.